Iglesia Ortodoxa de la Santísima Trinidad

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La Iglesia Ortodoxa de la Santísima Trinidad, situada en el centro de Miskolc, está escondida en un patio trasero, con su torre visible solo desde unos pocos puntos estratégicos. Aunque discreta por fuera, alberga el iconostasio más grande de Europa Central, con 16 metros de altura y adornado con casi 90 iconos. Este iconostasio fue elaborado por el escultor de madera de Eger, Miklós Jankovics, mientras que los iconos fueron obra de pintores ucranianos y del artista vienés Anton Kuchelmeister, quien también pintó los frescos del techo. Entre los tesoros que guarda se encuentra un icono especial que, según la tradición, fue un regalo de la emperatriz rusa Catalina la Grande. La iglesia fue construida por comerciantes balcánicos que, en agradecimiento por la hospitalidad de Miskolc, colocaron un escudo de armas húngaro en el púlpito. Su construcción tuvo lugar durante el reinado del emperador José II, cuyo decreto impidió que la iglesia se construyera en la fachada de la calle, por lo que quedó oculta en un patio. Siguiendo la tradición litúrgica ortodoxa, la iglesia no tiene órgano, ya que los servicios ortodoxos destacan la voz humana. El Museo de la Iglesia Ortodoxa, que se encuentra junto a la iglesia, exhibe una rica colección de artefactos sagrados, como vestimentas litúrgicas tejidas con oro y plata, cruces, cálices y otros tesoros eclesiásticos. Las ornamentadas puertas de hierro forjado de la iglesia aún pueden abrirse con sus llaves originales, y su acústica única añade un toque especial a la experiencia: hay un punto donde se puede escuchar el propio eco con una claridad sorprendente.